Oración de protección familiar
Oh, Bendita e Inmaculada Virgen, Reina y Madre nuestra, refugio y consuelo de todos los que están en la miseria: yo, postrado ante tu trono con toda mi familia, te elijo como mi Señora, Madre y Abogada ante Dios.
Yo, con todos los que me pertenecen, me dedico para siempre a tu servicio, y te ruego, oh Madre de Dios, que nos recibas entre tus siervos en la hora de nuestra muerte.
Oh, Madre de Misericordia, te elijo como Señora y gobernante de toda mi casa, de mis parientes, de mis intereses y de todos mis asuntos. No dejes de cuidarlos; dispón de ellos como te plazca.
Bendíceme, entonces, y a toda mi familia, y no permitas que ninguno de nosotros ofenda a tu Hijo. Defiéndenos en las tentaciones, libéranos de los peligros, aconséjanos en nuestras dudas, consuélanos en las aflicciones, acompáñanos en la enfermedad y, especialmente, en la agonía de la muerte.
No permitas que el diablo se gloríe de tener en sus garras a ninguno de los que estamos consagrados a ti; sino haz que podamos darte las gracias en el cielo, y juntos, contigo, alabemos y amemos a Jesús, nuestro redentor, por toda la eternidad. Amén, así sea.
San Alfonso de Ligorio



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